miércoles, enero 18, 2006

EL ÍDOLO, VISTO POR UN PERIODISTA ARGENTINO.

En períodos del año tan tediosos como el actual, con "La Motosierra Humana" en vacaciones, y 'T y C Sports' exhibiendo repeticiones de "Mar de Fondo" (que, no obstante, un fana de verdad jamás despreciaría contemplar, je je je), encontré esta joyita: He aquí una buena descripción acerca del show de Eber, y de parte de su historia futbolística (incluye datos que no están en su página oficial), hecha por un periodista de Clarín. Tan buena, que pasa completa a esta humilde tribuna... Nótese el detalle: letras amarillas, como el eterno buzo de Eber Carlos...
TELEVISION: EBER LUDUEÑA, EL JUGADOR QUE NO PASO A LA HISTORIA
Como Diego, pero todo mal
Se lo puede ver en Mar de Fondo, el ciclo de TyC Sports. Se cree que lo compone el humorista Luis Rubio, pero nadie se anima a confirmarlo.

Miguel Frías. DE LA REDACCION DE CLARIN.
Tenaz marcador de punta derecho que debutó profesionalmente en Ferro en 1973 (ingresó a los 41 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Gómez Voglino), Eber Ludueña conoció la fama y el olvido. En rigor, comenzó por el olvido. Por una trayectoria futbolística larga y discreta, cuyo pico fue la invención de la pavota, jugada que patentó cuando jugaba por el 20 por ciento en Sportivo Desamparados de San Juan y que hoy ha vuelto a ser moda. Eber terminó retirándose en 1989, tras un accidente en el empeine. Pero la fama (siempre esquiva) le llegó ahora en Mar del Fondo (TyC Sports, a la medianoche, con la conducción de Alejandro Fantino), donde los fanáticos escuchan sus anécdotas, aprenden de su escuelita de fútbol, tratan de conseguir su merchandising o de sumarse a su club de fans, Los amantes de la pavota, de 7000 miembros.
Eber nació el 4 de abril de 1954, empezó jugando en el industrial y siempre llevó el 4 en la espalda (su firma va acompañada por esta cifra entre paréntesis, al estilo Maradona). De aspecto melancólico, siempre en jogging, sus rasgos guardan parentesco con los de La Pepona Reinaldi y los de José Van Tuyne. Pero sus referentes dentro del campo de juego siempre fueron Hugo Musladini, El Pipa Higuaín, El Lobo Carrascosa ("Rescato su glamour", dice Eber) o Daniel Pedro Killer, el más robusto de los hermanos Killer, temible para los equipos anglosajones, ya que su apellido significa Asesino en lengua inglesa. "Pero mi sucesor es Moner", agrega Eber.
Aun idolatrado por multitudes, El Cuatro fue víctima de ataques malintencionados. Algunos lo acusaron de inventar ciertos datos de su pasado futbolístico; otros, de inventarlos todos; otros de inventarse a sí mismo, de "no existir", como rezan los cánticos tribuneros. Consultado por Clarín, Eber carraspea al otro lado de la línea y remite a la página de internet donde figuran sus fotos (ver pie de página), biografía y principales datos estadísticos. En síntesis: jugó 111 partidos en Primera, recibió 20 amonestaciones y fue expulsado en 37 ocasiones; no hizo goles, pero metió dos tiros en el palo y otro que se fue a 20 centímetros del travesaño. "La flebitis me dejó afuera de la Selección", exagera.
Lo cierto es que Eber habla sin casete. Eber no se escuda en los códigos futboleros. Eber atrapa a los espectadores de Mar de fondo con las anécdotas de su paso por Olimpo de Bahía Blanca —donde fue suplente por dos años—, Douglas Haig, Loma Negra, Chaco For Ever o incluso Rosario Central y Ferro. "Una vez, en Ferro, me hicieron jugar infiltrado en un partido con River. Dormimos con cloroformo a Saporiti, el cuatro de ellos, de gran parecido conmigo; me teñí el pelo y entré a jugar por él. Le tenía que hacer un penal a Adolfino Cañete (de Ferro), pero se me fue la mano y terminé quebrándolo. Para colmo, Claudio Crocco pateó el penal y lo mandó afuera", recuerda angustiado.
Es que el fútbol da sinsabores. Y tardes-noches en las que los protagonistas del juego calientan el ambiente y terminan empañando el espectáculo como ciertos inadaptados que se llaman hinchas. Al respecto, Eber hace un mea culpa. "Voy a contar toda la verdad del día en que partí a Villaverde. Habíamos perdido por goleada y yo estaba muy nervioso. Salí de la cancha con las pulsaciones a mil por segundo, perdí la cabeza y me fui derecho a buscar a Villaverde. Llegué a su casa, le toqué el timbre y la invité a tomar unos tragos. Después me invitó a subir. Así fue la historia con María Fernanda Villaverde".
Eber tiene también una escuelita de fútbol en Mar de fondo, donde enseña, por ejemplo, a formar barreras con los jugadores de perfil, uno detrás del otro; o en torre, uno arriba del otro, o en pirámide humana estilo playera.
¿No tenés miedo de que se te pase este cuarto de hora en televisión y tengas que volver a probar con el parripollo o la canchita de paddle?
No, porque he recibido buenas ofertas. Me ofrecieron un contrato de seis meses para trabajar en el buffet de Ferro, lo que sería como volver a las fuentes. También tengo una propuesta de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) para trabajar en la biblioteca de dicha entidad. Ese sería un trabajo muy tranquilo: los jugadores no son de consultar muchos libros.
Sitio oficial de Eber Ludueña:

1 comentario:

El Hincha dijo...

no hay mejor regreso, estimado, que con este fascinante texto del ídolo! sabrán estos argentinos que en Chile también seguimos al gran Eber???
en fin, gran post, muy ilustrativo, escriben muy bien estos periodistas ché...
un abrazo y siga posteando!